A continuación, pon la mesa con una bonita vajilla que complemente los tonos anteriormente seleccionados. El blanco, por ejemplo, es un clásico y queda bien con todo. Pero, lo que realmente va a diferenciar tu mesa de un día cualquiera, será la colocación de los utensilios. 

Primero, coloca en la mesa todos los platos, según el orden en el que se vayan a servir: plato base, plato llano y plato hondo o el de aperitivo. De igual manera, si tienes sitio, coloca un plato de pan a la izquierda arriba de los tenedores para dar un toque más especial a la mesa.

Seguidamente, coloca los cubiertos; el cuchillo y la cuchara se ponen a la derecha del plato y el tenedor a la izquierda. También, coloca los cubiertos para el postre frente al plato para darle un aire más sofisticado a la mesa.

Por último, ¡no te olvides de las copas! Recuerda que es mejor no cargar la mesa de copas, con 2 por comensal, será suficiente. Las copas se sitúan frente al plato, y se pueden colocar en una hilera recta, en diagonal respecto al plato o haciendo una pequeña elipse (curva)..